Tradiciones
y Costumbres
Historia
El aprendizaje de la historia, en cuanto información
sistemática compilada con fines educativos, ha estado
presente en todos los sistemas escolares. Se tratará
aquí de hacer una síntesis de la ubicación y
evolución que esta disciplina ha tenido en los
distintos planes de estudio que han normado la educación
venezolana. Antes de referirnos a este tema se ha
estimado conveniente presentar una breve relación de
lo que ha sido el sistema escolar venezolano. Éste
nace como en todos los países de Hispanoamérica del
proceso de conquista y colonización española. Allí
están sus raíces. Reales cédulas, ordenanzas
reales, reales provisiones y ordenanzas de los
cabildos van delineando las instituciones de un
sistema escolar. Así aparecen las escuelas de
primeras letras, preceptorados de gramática,
colegios-seminarios y universidades. Allí está el
germen del sistema escolar venezolano: educación
primaria, secundaria y la educación superior que
durante la mayor parte del tiempo estuvo representada
por la universidad. Esa organización y sus características,
la adopta el régimen republicano, la continúa y la
transforma. Y así, en cada nivel o etapa educativa,
las repercusiones en Venezuela de los cambios operados
en el mundo, determinarán el surgimiento de ramas o
modalidades educativas hasta conformar el actual
sistema venezolano.
Durante mucho tiempo, la historia no fue enseñada en
Venezuela como una disciplina autónoma, sino como
parte de otras materias de estudio. Así, durante el
período colonial se estudió historia en el Seminario
de Caracas, fundado a fines del siglo XVII, dentro de
lo que se llamó el preceptorado de gramática; según
la explicación de Caracciolo Parra León, estos
estudios comprendían «...no sólo la parte técnica
o metódica que trataba del idioma, sino también la
exegética o histórica relacionada con el comentario
de las obras literarias, fuerte del curso; amén
naturalmente de la aritmética y cuentas necesarias
para la vida social, algo de geografía, un poco de
historia profana, y un mucho de historia sagrada y
religión...» Ildefonso Leal al referirse a la
incorporación de los preceptores de gramática al
Seminario y posteriormente a la Real y Pontificia
Universidad de Caracas, deja ver que no está claro en
la documentación los cursos que se dictaban entonces.
En las escuelas primarias de aquel tiempo, tanto las
sustentadas por los cabildos municipales como las
conventuales o de carácter particular, la única
historia que se estudiaba era la sagrada. Ni siquiera
Simón Rodríguez, en su Proyecto para la reforma de
la Escuela de Primeras Letras de Caracas, el cual era
muy avanzado para su época y su medio, llegó a
considerar a la historia profana como materia de enseñanza.
Este concepto era ajeno al pensamiento de la época,
en cuanto al papel de la escuela primaria.
Al ser reorganizados, en 1827, tanto la estructura
como los estudios de la Universidad Central de
Venezuela por decreto de Simón Bolívar, se incluyó
entre las cátedras, además de la de Gramática y de
la de Geografía, una de Cronología. Esta equivalía
a una cátedra de Historia Elemental, concebida según
un criterio que prevalecía en la época, bajo la
forma de la memorización de fechas y acontecimientos.
A partir de 1830, la llamada educación secundaria se
cursó tanto en los colegios nacionales (llamados
federales a partir de 1863), como en las 2
universidades de Caracas y Mérida por lo menos hasta
el Código de Instrucción de 1910. Los estudios
secundarios coexistían con los estudios propiamente
universitarios. El hecho de que en la universidad
caraqueña se estudiasen las mencionadas materias pudo
ser una de las causas que indujeron al militar y
educador venezolano Feliciano Montenegro y Colón,
director del colegio de la Independencia, institución
de carácter privado, a publicar de 1833 a 1837 su
Geografía general para el uso de la juventud de
Venezuela, obra didáctica en 4 volúmenes, el último
de los cuales contenía una reseña histórica de
Venezuela desde el descubrimiento hasta la Revolución
de las Reformas (1498-1835); es de suponer que sus
alumnos del mencionado colegio la utilizaban como
texto y que también lo harían los de la Universidad
de Caracas, así como los de los colegios nacionales
que entonces empezaban a funcionar en diversas
poblaciones. En 1840 apareció en Caracas el Compendio
de la historia de Venezuela de Francisco Javier Yanes,
obra también dedicada a la enseñanza; en 1841 se
edita en París el Resumen de la historia de Venezuela
de Rafael María Baralt y Ramón Díaz Martínez y en
1843 se imprimieron en Caracas los Elementos de
cronología del maestro Rafael Acevedo. En 1843 fue
promulgado el Código de Instrucción Pública, en
cuya elaboración tuvo participación José María
Vargas en su doble condición de senador y de director
de la Dirección General de Instrucción Pública; en
este código se especificaba que la enseñanza
impartida en las universidades, tanto en la de Caracas
como en la de Mérida, constaba de 5 secciones o
facultades: Ciencias Eclesiásticas; Ciencias Políticas;
Ciencias Médicas y de Historia Natural; Ciencias
Matemáticas, Físicas y Metafísicas; finalmente
Filología y Humanidades. En las Eclesiásticas se
estudiaban la historia de la Iglesia y la historia
sagrada; en las Políticas, la historia del derecho
romano; entre las Ciencias Matemáticas se estudiaban
la geografía y la cronología; en Filología y
Humanidades se hallaba incluida, entre otras
disciplinas, la historia antigua y moderna. Para
obtener el grado de bachiller, que era conferido por
las propias universidades, y el cual facultaba para
continuar los estudios superiores, era indispensable
haber cursado la geografía y la cronología, es
decir, elementos de historia. A fines de 1847 un grupo
de universitarios funda en Caracas la primera asociación
de carácter privado que se conoce dedicada a fomentar
el conocimiento histórico: fue la Academia de la
Historia, de breve duración. El decreto del 30 de
junio de 1858, mediante el cual fueron reorganizadas
las universidades de Caracas y de Mérida, únicas
existentes entonces, ratificó que les estaban
encomendadas «...la instrucción secundaria o
preparatoria y la profesional o científica...»; en
la primera de ellas figuraban, entre otras materias de
estudio, elementos de historia y geografía, los
cuales se convertían así en obligatorios para todos
los estudiantes de secundaria dentro de las
universidades; y como en el mismo decreto se prevenía
que los colegios nacionales y particulares debían
conformar su enseñanza con las universidades, el
estudio elemental de la historia, así como el de la
geografía, se extendían a toda la educación
secundaria, aparte de continuar impartiéndose en
forma más especializada en las facultades de Ciencias
Eclesiásticas, de Derecho y Humanidades. Pero el
estudio sistemático de la historia no había llegado
aún a la instrucción primaria. Con el ascenso al
poder, en 1870, del general Antonio Guzmán Blanco, el
sistema educativo venezolano inicia una sustancial
transformación. Una escuela primaria con orientación
programática nacional no surge sino a partir del
decreto del 27 de junio de 1870 dictado por Guzmán
Blanco, sobre la instrucción popular gratuita y
obligatoria, que es, sin lugar a dudas, el primer
intento de educación popular en Venezuela. Once años
después (1881), se crea el Ministerio de Instrucción
Pública.
A partir de entonces hay abundante documentación
sobre lo que se enseñaba. En 1875 un decreto de Guzmán
Blanco había abierto un concurso para la elaboración
de textos destinados a las escuelas primarias. Aquel
mismo año se publicó el Manual de historia de
Venezuela, de Felipe Tejera. En 1883 se imprimió en
Valencia la obra de Socorro González Guinán Historia
de Venezuela para niños y en 1887 vio la luz en
Maracaibo Lecciones de historia patria, de Francisco
de Paula Andrade. En total, durante el período
guzmancista se editaron 5 libros de historia de
Venezuela de carácter didáctico. Para la historia
universal se utilizaba el Manual de historia universal
de Juan Vicente González, editado en 1863 y reimpreso
en 1885. La historia se afirma como materia
universitaria al disponerse en 1881 que se dicten 2
cursos, uno de historia antigua y edad media y otro de
historia moderna. En el decreto del 24 de septiembre
de 1883 sobre organización de la instrucción
superior que deroga al Código de Instrucción de 1843
se señala que los centros correspondientes son: los
colegios federales y las universidades. Distingue
entre los primeros: colegios de primera y de segunda
categoría y los colegios de niñas que se regirán
por reglamento especial. En los de segunda categoría
se otorgaban solamente los títulos de bachiller,
preceptor y agrimensor; y en los de primera, los ya
citados y los de bachiller en ciencias médicas, en
ciencias políticas, ingeniero civil y los de doctor
en estas ciencias y en las filosóficas. Las
universidades podían expedir todos estos títulos más
el de doctor en ciencias eclesiásticas. Para entrar a
los estudios propiamente universitarios era necesario
tener título de bachiller en filosofía que suponía
la aprobación de lo que se llamaba el trienio filosófico.
En éste se cursaba, en el primer año, historia
antigua y de la Edad Media y en el segundo historia
moderna, historia comparada y filosofía de la
historia. Aunque no era una institución docente, la
Academia Nacional de la Historia, corporación científica
fundada en 1888 por el presidente Juan Pablo Rojas Paúl,
contribuyó al estudio de esta disciplina a partir de
entonces; entre otras tareas, se le encomendaron en el
decreto de creación las de «...examinar y juzgar los
textos sobre Historia...» y de «...escribir textos
de Historia para la enseñanza elemental y obras de
carácter superior...» En la enseñanza primaria, por
resolución del 17 de septiembre de 1893, en todas las
escuelas del país se dispone la enseñanza de la
historia de Venezuela en la forma siguiente: en el
segundo grado, «...nociones que abarquen desde la
Conquista hasta la proclamación de la
Independencia...», y en el tercer grado, «...nociones
elementales que abarquen desde la proclamación de la
Independencia hasta nuestros días...» En 1894 se
dispuso que además de lo antes dicho se enseñara «nociones
de Historia Universal». Estas disposiciones
significaron un mejoramiento de lo establecido en el
decreto del 27 de junio de 1870, donde sólo se
contemplaba enseñar en la escuela obligatoria «...los
principios generales de la moral, la lectura y la
escritura del idioma patrio, la aritmética práctica,
el sistema métrico y el compendio de la Constitución...»
En 1897 se promulga un código que deroga las
disposiciones del decreto del 27 de junio referidas a
la instrucción primaria. Se mantiene aquí la
programación para la enseñanza de la historia y se
establece que se enseñe en las llamadas escuelas de
primer grado: «Nociones de Historia y Constitución
Política de Venezuela» y en las llamadas escuelas de
segundo grado: «Historia y Constitución Política de
Venezuela y Geografía e Historia Universales». En
los colegios de niñas, según el reglamento del 3 de
enero de 1899, se enseñaba además de la formación
propia de la mujer, cursos pedagógicos, idioma
patrio, matemáticas, inglés y francés y en los 3 años
que duraban los estudios se dictaba «Historia de
Venezuela desde el Descubrimiento hasta 1810», «Historia
de Venezuela desde el 19 de abril hasta nuestros días»
y «Nociones de Historia Universal».
En 1904 un nuevo código dispone la enseñanza de «Lecciones
orales de Historia Patria» en las escuelas de primer
grado. Lo relativo a la enseñanza de la historia en
las escuelas de segundo grado, queda igual a lo
pautado en el Código de 1897. En el Código de
Instrucción de 1910, hay un evidente retroceso en
relación con la enseñanza de la historia puesto que
se elimina en las escuelas de primer grado en donde sólo
se impartirá geografía de Venezuela; y en las
escuelas de segundo grado se establece la enseñanza
de «...la geografía de Venezuela ilustrada con los
puntos históricos más importantes...» Esta situación
se modifica en el Código de 1912 en el que se
establece como materia obligatoria la historia de
Venezuela, y además se incorpora la historia
universal. A partir de 1914 se establece en general la
enseñanza de geografía e historia de Venezuela y
nociones de geografía e historia universales. Esto
permanece hasta la promulgación del estatuto
provisorio de educación y posteriormente en la Ley de
Educación de 1955 cuando los estudios históricos en
la escuela primaria quedan englobados en la denominación
general de estudios sociales. En el Código de
Instrucción de 1897, además de los estudios
secundarios conducentes a la carrera universitaria,
aparecen por primera vez y dentro de la instrucción
secundaria las escuelas normales en las que, en cursos
de 3 años postprimarios, se forman educadores con el
título de preceptor o preceptora. No obstante, el código
conservó los cursos de pedagogía en los colegios
federales para quienes aspirasen al título de
preceptor. En las escuelas normales no se incluían
estudios de historia, pero para ingresar en éstas se
estableció el requisito de ser examinado en los
conocimientos propios de la educación de segundo
grado en la que había cursos de geografía e historia
de Venezuela y las nociones de geografía e historia
universales. En los llamados institutos especiales
contemplados en el Código de 1897 hay unos que sin
lugar a duda son centros de educación superior
postsecundaria como la Escuela de Ingeniería y la
Escuela de Minas; unos de educación postprimaria como
el Instituto de Bellas Artes y la llamada Escuela
Politécnica que funcionaría en Caracas; y unos de
tipo artesanal que eran las Escuelas de Artes y
Oficios. En el Instituto de Bellas Artes no hay
propiamente estudios de historia; sin embargo, en
pintura se enseñaba «Composición Histórica y
Arqueológica»; en las de arquitectura, se
contemplaba «estudio comparado de la Arquitectura en
las diversas épocas». En cambio, en la Escuela Politécnica
(sobre cuyo funcionamiento no disponemos de información)
se establece una etapa de formación general en la que
figuran cursos de historia patria y universal. Esta
Escuela, en cuya parte profesional se enseña comercio
en general, botánica y agricultura, zoología y
zootecnia, mineralogía y minería y química aplicada
a las artes industriales, viene a resultar el
antecedente de lo que será a mediados del siglo XX la
Escuela Técnica Industrial de Caracas. La secundaria,
después del Código de 1897, se mantiene con características
más o menos similares en cuanto a la enseñanza de la
historia, aun cuando la duración de los estudios varíe.
Por otra parte, lo que fue el trienio filosófico
comienza a ubicarse progresivamente fuera de la
universidad y los colegios federales pasan a ser
definitivamente planteles dedicados solamente a los
estudios de secundaria, mientras la universidad se
limita a los estudios propiamente universitarios en términos
de carreras o profesiones como lo son hoy. La
secundaria será así el curso filosófico precedido
de 2 años preparatorios. El curso filosófico que había
sido de 4 años en los códigos de 1904 y 1905 se
reduce a 3 en los códigos de 1910 y 1912. La Ley de
Educación de 1940, reestablece los 4 años de educación
general y 2 de educación que se llamó «preuniversitario»,
en filosofía y letras, en física y matemáticas y en
biología y química. Estos fueron posteriormente
reducidos a uno; y en la ley de 1955 se reduce el
ciclo general a 3 años y el especial a 2, en ciencias
o humanidades. Esta es la situación que sustituye la
vigente Ley Orgánica de Educación. Generalmente hubo
2 cursos de historia universal y uno o 2 de historia
de Venezuela. Con la ley de 1940 y sus respectivos
reglamentos, se llegó a dictar 3 cursos de historia
universal, además de los cursos de geografía e
historia de Venezuela. Y el curso de historia de
Venezuela documental y crítica en el preuniversitario
de filosofía y letras. En los distintos
establecimientos de la educación especial, se
contemplaron cursos de historia universal, de
Venezuela y de América. De la misma manera en la
educación normal.
Por aquellos años los textos de historia de Venezuela
que solían ser utilizados en la educación secundaria
eran los de Eloy G. González y del hermano Nectario
María (Luis Alfredo Pratlong), así como la Historia
constitucional de Venezuela de José Gil Fortoul y los
textos de Historia patria de Alejandro Fuenmayor
Morillo. Con la Ley Orgánica de 1948 que estableció
la organización de la educación en ciclos, la
secundaria quedó englobada en el segundo ciclo o
educación media; había 2 años comunes y después de
éstos los estudios de humanidades o profesionales de
nivel medio. Esta ley fue de muy corta duración, pues
el 24 de noviembre de 1948 fue derrocado el presidente
Rómulo Gallegos y los programas a que pudo haber dado
lugar no llegaron a desarrollarse. Una situación
similar ocurrió en las escuelas normales incluidas en
la formación docente, pues el estatuto provisorio
significó el regreso a la ley de 1940 y se
mantuvieron los cursos de historia que venían
ofreciendo. La promulgación de la ley de 1955
significó una nueva programación de la educación
del nivel medio (liceos, normales y diferentes
subramas de la técnica). En secundaria se redujo la
enseñanza de la historia universal a un curso en el
segundo año del ciclo general de 3 años, para
estudiar desde la prehistoria hasta la guerra de
1939-1945 y la historia de Venezuela reducida al
tercer año en un curso conjunto con la geografía de
Venezuela. Quedó el estudio de la historia de
Venezuela reservado para quienes hicieran los 2 años
de humanidades. El decreto 120 dictado en la
administración del presidente Rafael Caldera uniformó
en un ciclo básico común los 3 primeros de las ramas
de la educación postprimaria o media; y estableció
el ciclo diversificado de 2 años o más de acuerdo
con las ramas y estudios, en el que se generaliza para
todos la enseñanza de la historia de Venezuela y la
geografía económica de Venezuela.
Los estudios superiores de historia, considerada una
disciplina en sí misma, reciben un gran impulso a
partir de las décadas de 1930 y 1940. Por una parte,
la creación del Instituto Pedagógico Nacional en
Caracas, hoy Instituto Universitario Pedagógico, el
30 de septiembre 1936, contribuye a la formación del
profesorado, a la manera de una Escuela Normal
Superior, figura institucional que existía desde 1915
en la legislación educativa venezolana. Del Pedagógico
egresaban docentes en las diversas ramas que se
estudian en el bachillerato, a quienes además de las
materias propias de cada especialidad, se les daban
cursos de historia de la pedagogía e historia de la
filosofía. Una de esas especialidades era la de
geografía e historia, que luego se subdividió en 2.
En la Universidad Central de Venezuela, en octubre de
1946, se crea la Facultad de Filosofía y Letras y los
estudios universitarios de historia se incrementan en
las distintas carreras vinculadas a las ciencias
sociales. En la sección de filosofía de la nueva
facultad, se dicta, entre otras materias, historia de
la cultura. En 1947, se inauguran la sección de
Historia y el departamento de Antropología, que en
1949 se transformó en departamento de Antropología e
Historia. En 1953, al instalarse la Universidad
Central de Venezuela en la Ciudad Universitaria de
Caracas, el nombre de la Facultad cambia de Filosofía
y Letras a Facultad de Humanidades y Educación. Ese
mismo año (1953), se crea también el Instituto de
Estudios Hispanoamericanos, con lo cual los estudios
históricos cobran un nuevo grado de
perfeccionamiento. En 1958, las secciones de la
Facultad de Humanidades son elevadas a la categoría
de escuela, entre ellas la de historia. El 25 de junio
de 1955, el Consejo Académico de la Universidad de
Los Andes, acordó la creación de una escuela de
Humanidades, adscrita a la Facultad de Derecho; dicha
escuela tuvo una sección de Letras y una de Historia,
que para el 30 de mayo de 1958 obtuvo la categoría de
facultad instalándose el 9 de octubre del mismo año.
Para 1965, la Facultad de Humanidades y Educación
quedó estructurada en escuelas de Letras, Historia y
Educación, conformadas éstas por departamentos.
También existen cursos de historia en las escuelas de
Periodismo o Comunicación Social, donde es necesario
dar una amplia formación general profesional que
supone conocimientos históricos; y en las escuelas de
educación en las que es necesario dar una base histórica
al profesional de la docencia o prepararlo para la
enseñanza de historia. Durante los últimos 25 años,
los estudios superiores de historia como disciplina
con categoría propia han progresado a un ritmo
acelerado. En cambio, en los niveles de la primaria y
de la educación media se produjo un relativo
estancamiento. Esta situación, planteada como grave
por eminentes venezolanos y por instituciones como la
Academia Nacional de la Historia, ha conducido a la
reconsideración del papel que desempeña el estudio
de la historia en dichos niveles, en el marco de la
nueva estructura del sistema educativo nacional. De
los centros de estudios superiores ya mencionados y
otros activos también en Venezuela, han egresado
numerosas promociones de historiadores que se dedican
a la docencia y a la investigación. En años
recientes, han comenzado a desarrollarse programas de
postgrado, para maestría y doctorado en historia en
varias universidades, principalmente la Universidad
Central de Venezuela, la Universidad Católica Andrés
Bello y la Universidad Santa María. Una de las
características más resaltantes de la historia como
disciplina en la actualidad es el hecho de que el período
contemporáneo figura de un modo muy destacado en los
programas de todos los niveles, en especial el
superior
|